Todos sabemos que trabajar con hambre es incómodo, así como también, trabajar con el estómago muy lleno. Hay alimentos que nos permiten trabajar tranquilos y dedicar toda nuestra atención a nuestras ocupaciones y otros alimentos que nos causan ansiedad, antojos o malestares que nos roban tiempo, energía y concentración para desempeñarnos correctamente en nuestras labores.
¡Para empezar, vamos con el CÓMO COMEMOS!
¿Comes frente a la computadora?
Con nuestra nueva “realidad pandémica” talvez tu trabajo haya cambiado de modalidad y estés trabajando frente a la compu largas horas, ahora, que para muchos se nos duplicaron las tareas y estamos en a full todo el día y no tenemos tiempo para “perderlo” sentándonos a la mesa, preferimos hacer las dos cosas a la vez para “aprovechar”, comemos y trabajamos al mismo tiempo. Lo que no nos damos cuenta, es el daño que nos causa este mal hábito ya que nuestro cuerpo no está preparado para hacer esas dos cosas a la vez.
Cuando comemos en paz y con consciencia nuestro cerebro está en estado relax (sistema nervioso parasimpático activado) así puede digerir de manera adecuada los nutrientes y nuestra energía se centra en el estómago, caso contrario, si estamos en una junta o haciendo cuentas con proveedores (sistema nervioso simpático activado) nuestro cuerpo está en modo alerta, donde no se da prioridad a la digestión, ya que la energía está enfocada a otras partes de nuestro cuerpo; con un aumento de los niveles de hormonas del estrés, sobre todo la adrenalina y el cortisol, esto naturalmente con el objetivo de tener más fuerza y energía
Lo que nuestro cerebro primitivo interpretaría como enfrentarnos a algún peligro que nos amenaza o bien salir corriendo.
Hay ciertos estudios que han demostrado que comer frente al computador puede aumentar un 75% más tu ingesta, para que lo entiendas mejor, puedes llegar a consumir muchísima más comida ¡sin darte ni cuenta! La digestión, la absorción de alimentos, regulación hormonal incluidas la de la ghrelina y leptina que son las que controlan el hambre y la saciedad, están controlados por nuestro cerebro, incluida la cantidad de alimentos que ingerimos, por eso debemos estar muy conscientes y presentes al momento de comer.
¿Te ha pasado que cuando estas ocupado haciendo otras cosas mientras comes; como ver la tele o el celular, conversando de algo muy acaloradamente o pensando en la inmortalidad del cangrejo, sin ni darte cuenta te acabas el plato enterito, ¿ni lo saboreaste ni disfrutaste y quieres repetirte porque no estás satisfecho?
Comer dándole importancia a otras tareas hace que no digieras adecuadamente los alimentos y si a más de comer frente de la pantalla, comes rápido y apurado, puede ser una de las razones de empezar a sufrir los síntomas como dolor de estómago, gases, hinchazón e inclusive diarrea o estreñimiento. Si comemos despacio y estamos presentes el momento de comer, el cerebro recibirá el mensaje correcto y en el momento adecuado lo que hará que te sientas muy bien después, podrás estar más concentrado y enfocado en tus tareas, tendrás energía suficiente y estarás liviano.
¿Cómo cambiar ese nuevo mal hábito?
Siéntate en la mesa. Disfruta del momento de comer. Mira el plato. Respira profundo y conéctate con ese momento.
Agenda en tu día de 35 a 45 minutos para comer como prioridad y no lo hagas en tu sitio de trabajo, por lo menos siéntate frente a la ventana o cambia de ambiente si no tienes opción.
Mastica lento y disfruta cada bocado.
Deja los cubiertos mientras masticas.
Para de comer cuando te sientas satisfecho… no lleno, y observa si hay algo en tu mente que te provoca seguir comiendo más o a no dejar comida en el plato cuando ya estas saciado. Sin juzgarte, solo permitiéndote observar tu mente.
¿QUÉ COMER?
Ahora bien, te das el tiempo de comer en el lugar adecuado y de la manera correcta, pero tu trabajo puede ser muy absorbente, estresante o generarte una gran cantidad de ansiedad y recaes en la comida… considerando que ahora trabajamos muchos al lado de la cocina picoteando todo el día. Hay ciertos alimentos que nos pueden ayudar a mejorar nuestro ánimo, concentración y rendir mejor en nuestro día a día:
Primero que nada, tu hidratación: ten a tu lado siempre una jarrita de agua o un termo, muchas veces confundimos la sed con hambre, antes de picar alguna golosina tómate un vasito de agua, de paso te hará levantar para ir al baño, así aprovechas algunas pausas activas en tu día.
Proteínas: huevos, pescados como puede ser la sardina o el salmón (procura que no sean peces criados en piscina), legumbres tales como garbanzos, fréjoles y lentejas, frutos secos en especial las nueces, ajonjolí y semillas de calabaza, tahín (mantequilla de sésamo) y mantequilla de maní. Linaza y chía por su aporte en Omega 3.
Carbohidratos: como el arroz integral por su gran aporte de vitaminas del complejo B, quinua, vegetales almidonados como la remolacha o la zanahoria blanca que te aportan dulzor y estabilidad en tu día y claro para ese antojito un buen chocolate puro y orgánico. Reduce el consumo de azúcar ya que este es el ingrediente número uno para crear ansiedad y antojos de comida poco saludable.
No se te olvide un buen consumo de grasas saludables, te apoyarán a sentirte más tranquilo y relajado, sin contar que te mantendrán saciado por más tiempo dándote más horas de trabajo en paz.
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