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Entre Darwin y Thanos: Turismo en época de Covid-19

Actualizado: 29 mar 2021

“No sobrevive la especie más fuerte, ni la más inteligente, sino la que responde mejor al cambio”. Esta cita suele atribuirse a Charles Darwin, autor del “Origen de las Especies”, quien a más de dedicarse a la ciencia fue sin duda un gran observador. En efecto, la observación es el primer paso para cualquier investigación y hoy por hoy todo el mundo está observando y aprendiendo a vivir y sobrevivir con el Covid 19.

En Ecuador, de acuerdo a la legislación vigente, se cuentan como actividades de turismo al alojamiento, servicio de alimentos y bebidas, transportación, cuando se dedica principalmente al turismo; inclusive el transporte aéreo, marítimo, fluvial, terrestre y el alquiler de vehículos para este propósito; operación, cuando las agencias de viajes proveen su propio transporte, esa actividad se considera parte del agenciamiento; la intermediación, agencia de servicios turísticos y organizadoras de eventos congresos y convenciones. Según el MINTUR, representó en el 2019 el 2,3% del P.I.B; y, hasta abril 2del 2020, 24.257 establecimientos. A nivel mundial, es una de las pocas industrias que ha mantenido un crecimiento sostenido, en 2019 creció en un 4% según información de la Organización Mundial de Turismo.

Pese a este crecimiento sostenido en los últimos cincuenta años, en los últimas dos décadas ha experimentado tres crisis que desaceleraron su normal desarrollo. Repasemos muy brevemente estos momentos:


1. Ataques terroristas y conflictos bélicos en algunos puntos claves del mundo.

Lo que más se recuerda de ese momento, es sin duda el ataque simultáneo a varios puntos en Estados Unidos de Norteamérica, como las Torres Gemelas, del World Trade Center, en Nueva York (11 de septiembre 2001). Como resultados y afectaciones al turismo, el factor de inseguridad para viajar, determinó que varias aerolíneas llegasen casi a punto de la quiebra, y que los mayores emisores de turistas a nivel mundial, hasta recuperar nuevamente la confianza en viajar, no lo hicieran a corto plazo. La oferta se contrajo pero salió adelante con la búsqueda e identificación de mercados emergentes.

El temor a viajar fue superado, y con los mercados emergentes –con nuevos jugadores en la oferta y la demanda- lograron que el turismo salga adelante.


2. Crisis financiera del 2008. (La burbuja Inmobiliaria).

El decrecimiento del turismo, en este caso, se generó por el temor desatado por la pérdida de capitales y el decrecimiento en el poder adquisitivo en compañías inmobiliarias y con ellas muchas que en cadena, hicieron que los principales mercados de emisores de turistas, sufrieran una contracción significativa.


En pocas palabras, el turismo contó con una sobre oferta de servicios, pero pocos compradores o turistas estuvieron dispuestos a viajar y dejar a un lado sus negocios o inversiones. El factor clave fue el temor a perder el dinero.

De esta situación, también salió adelante el turismo y retomó su pulso para enfrentar la nueva década.


3. Covid 19.

Efectos en el 2020. Y la tierra se detuvo…y con ella el turismo. A diferencia de los dos casos anteriores, en los que tal vez muchos de los que están dedicando su valioso tiempo a la lectura de este artículo, no fueron parte de esas situaciones, los efectos de Covid 19 si nos afectan a todos, sin distinción de ninguna naturaleza, y ese es un hecho cierto. Hay temor de contagio lo cual determina que nuestros “deseos de salir de turismo” se encuentren limitados, y por otro lado, la economía también está en un punto crítico, por una sobre oferta de productos y servicios, pérdida de empleos, falta de liquidez, acceso limitado para el crédito, entre otros factores.


Sin embargo, y si han sido observadores, podrán notar que en los dos casos anteriores, el factor miedo (por inseguridad o por perder dinero) fue superado en un mediano plazo; es decir, se cuentan con lecciones aprendidas y algo de ellas se podrá aplicar para descifrar algunas soluciones y no dejar que la “industria de la felicidad”, como también se conoce al turismo, se pierda o simplemente desaparezca.


A continuación, y sin pretender que una serie de pasos o ideas sean considerados como una suerte de “autoayuda” para salir de esta nueva crisis, creo que estas por lo menos pueden servir de apoyo para quienes, sin temor a equivocarme, desarrollan sus actividades en una de las industrias con mayor potencial en el mundo.


Rol de los actores del sector público y privado


El turismo en nuestro país no ha sido considerado como una verdadera política de Estado; de manera resumida, basta con decir que no se cuenta con un Plan de Promoción y Desarrollo debidamente ejecutado y permanente actualizado, más un presupuesto competitivo para la promoción.


Aún así, y mi respeto para el sector privado formal (los que cuentan con registro de turismo, patentes de operación, realizan sus declaraciones de impuestos al día, pagan al IESS y que incluso tendrán que pagar un tributo que fue derogado por la Ley de Apoyo Humanitario, y que ha sido revivido por la obra y gracia de un santo decreto ejecutivo) porque serán ellos quienes sacarán adelante a esta industria. Del Estado, lo que se espera son “certezas mínimas” que faciliten el desarrollo productivo, y un adecuado nivel de coordinación (sino veamos cómo se manejó a nivel de comunicación y ejecución el último feriado del 10 de agosto). También sería oportuno y necesario, que de manera permanente ejerzan la competencia de control, especialmente en contra de la informalidad.


En este sentido, y por los mismos factores de inseguridad e incertidumbre, el turismo regresará “a la normalidad con formalidad”. Quienes acrediten que han hecho bien sus tareas cumpliendo con protocolos de bioseguridad, y comuniquen en debida forma, cómo sus instalaciones, trabajadores, colaboradores y proveedores, cumplen con estos procesos, generarán mayor confianza para que el consumidor de servicios acceda a ellos con mayor seguridad.

Si en esta época ha desarrollado un emprendimiento en alimentos y bebidas, alojamiento, delivery, transporte, etc., le dejo mi única recomendación: sea formal y no tome a estas actividades como algo pasajero o de calentura. La informalidad y la consecuente competencia desleal, es el peor mal que afronta el turismo nacional.


La ubicación geográfica y las áreas naturales protegidas del Ecuador son un privilegio.


Las 12 horas de luminosidad de las que goza nuestro país, se pueden potenciar como nunca antes se ha hecho; es su mayor ventaja comparativa. Su presencia no depende de ningún gobierno y tampoco puede ser opacada por la pandemia. Esta luz maravillosa facilita la creación de nuevos paquetes y promociones de turismo. Por seguridad y en razón a que los aforos u ocupación efectiva de los establecimientos de turismo han sido reducidos, puede empezar a compensarse – de alguna manera- con promociones creativas que direccionen de mejor forma a sus clientes (productos para grupos cerrados, reuniones de trabajo híbridas, encuentros de trabajo en sitios con protocolos y distanciamiento social, etc).

A eso se puede sumar que aproximadamente el 20 % del territorio nacional son áreas protegidas, con muchos espacios abiertos para que el ingreso y operación con visitantes y excursionistas sea muy ordenado y genere tranquilidad al usuario. Estas combinaciones, podrían resultar en una interesante fórmula de trabajo creativo. La imaginación se la dejamos a los dueños de los establecimientos.


Comunicación 2.0 o el mundo digital, de las redes y otras ventajas tecnológicas


Hoy por hoy, la comunicación es clave para el desarrollo de negocios y sobre todo para incrementar las VENTAS. En este punto, no solo basta con estar en redes sociales y medios digitales, como FB, TW, WA, IG; sino de tener una estrategia articulada y bien estructurada que conlleve a que el cliente adquiera de manera efectiva sus servicios. A la par, se debe tener en cuenta cómo se están desarrollando en esta época los canales de distribución (delivery personalizado o tercerizado, servicio para llevar, etc.) y el mecanismo de pago por canales electrónicos, que debe brindar seguridad, confianza y efectividad.


Al igual que en muchos países, será el turismo local el que vaya tomando el pulso de recuperación del turismo en general, y esa es una oportunidad que no se puede desaprovechar. En el caso de nuestro país, es imperativo que se analicen las necesidades y el perfil del turista-cliente nacional, y se trabaje en el desarrollo de estrategias que permitan acceder a quienes cuentan hoy por hoy con recursos que pueden destinar al descanso, vacaciones y ocio en general.

He tenido el honor de asesorar a varios clientes del sector y juntos vamos saliendo adelante, de manera creativa y sobre todo consistente, analizando cada caso porque no hay una receta estándar que aplique para todos los establecimientos.


El turismo, como en otros momentos históricos, será una actividad de resiliencia para la economía mundial, pero tendrá bajas sensibles que no dejan de generar congoja en la sociedad. Mientras se lee este artículo, algunos establecimientos entran en la época de Thanos (no todos soportarán la crisis, y ello –de manera lamentable- podría conllevar a la degradación del destino), pero como bien dice este personaje del cine “las decisiones difíciles requieren de voluntades fuertes” y hoy más que nunca, a esta voluntad se debe sumar la generación de alianzas estratégicas con actores propios del sector y de la cadena de valor y un asesoramiento efectivo, que conlleven a la obtención de resultados positivos.



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