La indagación apreciativa, estrategia que hemos venido promoviendo desde hace algunos años en Latinoamérica y especialmente en nuestro país, cuyo origen es relativamente reciente propone una nueva manera de hacer diagnósticos organizacionales, basados en los lineamientos de las fases de la estrategia: definir el objetivo organizacional, descubrir las cualidades individuales y organizacionales, (dreams) lo mejor que puede ser, diseñar el plan para lograr el objetivo y destino, poniendo en el centro lo que realmente importa, el futuro de la gente y de la organización.
La mirada apreciativa invita a movernos de la lógica del competir al compartir pues el momento en que cada colaborador mira lo valioso en sí, reconoce sus fortalezas, florece personal y profesionalmente genera sinergia y posibilidades para todo el equipo. Estar listos para permitirnos "patear el tablero" de tal manera que se re-acomoden las fichas y cada uno pueda mirarse desde otra perspectiva es una cualidad de quienes se permiten soñar, re-diseñar y confiar en sí mismos, en lo sembrado y en la imagen que han planteado como meta. Les invito a mirar la posibilidad de estudiar este modelo de tal manera que pudiésemos agruparnos alrededor de nuevas maneras de hacer organizaciones.
Como sabemos en el FODA las Fortalezas y Debilidades son intrínsecas al modelo, persona u organización y las Oportunidades y las Amenazas tienen que ver con factores externos, lo que brinda una postura global y valiosa desde el sí mismo y el escenario sin embargo; le brinda espacio a la brecha, a lo que no funciona, a lo que nos falta y, si debemos ser honestos, muchos de los planes estratégicos están diseñados para superar las debilidades y las amenazas, éstas nos roban espacio mental, tiempo de construcción y sobre todo nos desanima al momento de planificar, pues solemos tener la tendencia a lamentarnos por lo no conseguido, lo no logrado, lo inalcanzado… muy de nuestro sentir andino, de pasillo, de lamento! La apreciatividad nos evoca a darle valor a lo que sí somos, a lo que sí logramos, a lo que nos define como personas, organizaciones y comunidades. Y, no es que no me guste el pasillo, pero me encanta cantarlo a mi manera, con esperanza de que un corazón roto es una nueva posibilidad de amar, que una despedida en un nuevo comienzo, que ante la muerte se nos abre la posibilidad de otra vida.
Podría sonar muy romántico proponernos diseñar estrategias desde este modelo, sin embargo, me encantaría en futuras entregas darles a conocer historias de éxito de organizaciones, personas y comunidades que se han atrevido a implementar este modelo.
El FOAR, nos brinda la oportunidad de sostener la introspección profesional y también la valoración externa al mismo tiempo que sostiene las fases del proceso de indagación apreciativa, así:
Fortaleza, esta parte del proceso diagnóstico, se alinea con la fase descubrir donde se indaga entre pares, equipos, y organización en general las mayores cualidades personales y grupales, llenando de optimismo al equipo en la primera parte del diagnóstico, energía inicial para poder mirar la proyección de futuro siguiente. Respondería a la pregunta:
¿Cuáles son nuestros mayores recursos?
Aspiraciones, alineada a la fase soñar, momento fundamental para con el cable a tierra y valorando el criterio de realidad sea factible proponer imágenes a un futuro previsto, acordado, delimitado y por supuesto realizable. Quién podría decirle a una organización que está en esta lógica de crecimiento que algo no es factible o realizable! Ahora, nos preguntaremos ¿Cuál es nuestro futuro preferido?
Oportunidad, plantea la ocasión de mirar claramente el mercado y determinar cuales son las mejores posibilidades, y cómo desde lo que somos podemos aprovechar el momento actual para empezar el crecimiento esperado.
Resultados, es decir cuál es el destino a llegar, un propósito mensurable, real, factible, cargado de todas las posibilidades de potenciar lo que ya somos sabiendo que desde el compromiso personal, la estrategia organizacional y el saber aprovechar las mejores cualidades es posible alcanzar metas maravillosas.
Escribo sobre este proceso diagnóstico justamente cuando un gran ecuatoriano ha mostrado que el construir sueños en base a las fortalezas y aspiraciones altas es realmente factible si se toman las oportunidades, sí, les escribo inspirada en Richard Carapaz, qué mejor ejemplo de fijar la mirada en lo valioso! Cuando pudo justificarse por no tener respaldo, por no tener recursos, por no tener.. una gran lista de etcéteras, la locomotora del Carchi, ha elegido -desde hace tiempo- apreciar sus cualidades y trabajar constantemente para llegar a un sueño realizable!! ¿Quién le podría decirle a Carapaz que no podía lograr el oro olímpico? … Solamente él mismo! Parece que ha elegido contarse su historia desde lo apreciativo y, si pensamos que él lo ha logrado, ¿Quién le puede decir esta o tal empresa o persona o familia que no puede alcanzar lo que se propone? Permitámonos arriesgarnos a diagnosticar desde otro lugar de tal manera que podamos conquistar nuevos destinos,
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