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Lecciones y aprendizajes empresariales que ha dejado la pandemia

Actualizado: 27 mar 2021

Para llegar a ser un experto en algo, tuvo que haber un aprendiz en un inicio, el cual a partir de las experiencias vividas en el tiempo, llega a entender que para crecer, innovar y salir adelante en el mundo empresarial, es necesaria una postura de humildad, para aceptar que somos seres en continuo aprendizaje, y es allí donde radica la invitación a leer este artículo, donde rescatamos algunas lecciones que ha dejado la pandemia para las empresas y para su cultura organizacional. Nuestra vida ha cambiado de una manera acelerada y la estadía prolongada de sentir amenazada nuestra salud, nos ha desafiado y retado a entender que esta es la realidad que tenemos, y con ella debemos mostrar nuestra mejor versión de seres humanos. Debemos abrir un nuevo capítulo en el libro de nuestra vida, llamado ¨ Reaprender a vivir¨ y para hacerlo bien, es importante asumir la responsabilidad de querer hacer cosas nuevas, reducir la victimización porque con ella siempre encontraremos excusas para mantenernos inactivos; y más bien, lo que debemos hacer, es responder con una visión panorámica y amplia, que parte del hecho de que todo a nuestro alrededor, es una fuente de aprendizaje que nos permite ver oportunidades de crecimiento y proyectar mejor el futuro, dentro del negocio donde estemos.


Sin lugar a dudas, una de esas grandes lecciones es la de haber llegado a entender que trabajar no necesariamente implica estar en un lugar físico definido y específico. Hemos podido darnos cuenta que podemos y debemos ser productivos en el trabajo, desde donde quiera que estemos, y hemos logrado también entender que el trabajo remoto ante todo, requiere de autodisciplina, objetivos claros y una administración del tiempo impecable, para así balancear de manera adecuada los espacios personales, familiares y laborales.


Es importante también considerar que en función del giro de negocio en el que estemos, el sistema de teletrabajo ha significado para ciertas empresas una manera de optimizar recursos, como por ejemplo, ahorro en gastos de arriendo, uso de instalaciones, servicios básicos, transporte, logística entre otros. Claro está que, para que este sistema funcione, ha sido y es necesario formar a los equipos de trabajo para que operen en este ecosistema laboral con autonomía y empoderamiento responsable; proveer de fuentes de conocimiento a los líderes, para que exista en ellos conciencia y capacidad para liderar equipos en trabajo remoto; empatizar y entender las condiciones de vida y de familia de los colaboradores que teletrabajan; entregar las herramientas básicas para que puedan rendir de manera adecuada y abrirse a una cultura organizacional donde el cambio es constante.

Por otro lado, para las empresas que por su naturaleza de negocio no pueden implementar el teletrabajo, el desafío y aprendizaje ha sido el crear las condiciones adecuadas y espacios para funcionar, precautelando la salud de sus colaboradores.

Ante esto entonces, y dependiendo del giro de negocio en el que usted se desenvuelve, cabe la pregunta ¿Qué lecciones positivas le está dejando el sistema de teletrabajo en su negocio? o ¿Qué enseñanzas ha obtenido al tener que seguir operando desde sus instalaciones y bajo estrictas normas de bioseguridad?


Otro de los aspectos clave que debe ser considerado como un aprendizaje empresarial valioso, es que la gestión del talento humano debe ser una prioridad, y cuando hablamos de gestión, nos referimos a tener un sistema que pueda cuidar el bienestar de quienes son parte de las organizaciones, tanto físico, emocional e intelectualmente, y a partir de aquello, se está también velando por la integridad de sus familias. Producto de aquello, es evidente que, si queremos exigir productividad y resultados, que es algo que se tiene que hacer, debemos cuidar a nuestra gente primero.


Cuando los colaboradores, sienten ese cuidado verdadero por su bienestar, con el tiempo aprenden también que en condiciones de crisis, la austeridad es necesaria, cuidar los recursos es fundamental, ser gratos por el trabajo que se tiene, se vuelve un hábito diario, y la ley de la reciprocidad de pronto se hace presente. Tan presente, que he podido constatar en algunos proyectos de consultoría durante estos meses, como los equipos de trabajo unidos logran enfrentar con efectividad estas condiciones adversas que vivimos.


Adicionalmente, dadas las condiciones en las que se mueve el entorno con sus cambios drásticos y alta volatilidad, un aprendizaje estratégico muy claro, tiene que ver con pensar y actuar a corto plazo, con mucha eficacia y eficiencia, para así movernos con agilidad en el aquí y ahora, es decir, en el presente. Y en cuanto al mediano y largo plazo, si bien es cierto, hay que tenerlos dentro del radar mental, y planificar diversos escenarios que pudieran ocurrir, el tema crítico es dar esos pasos contundentes hoy para así reducir en algo la incertidumbre de mañana.


Dentro de este contexto de incertidumbre, también se hacen presentes los stakeholders, quienes son los públicos de interés alrededor de la empresa, y quiero referirme a dos de ellos en particular, quienes juegan un rol crucial y de los cuales quedan múltiples aprendizajes en este año, porque a partir del manejo de proveedores y los clientes, se está cuidando la sostenibilidad de un negocio.


En lo que tiene que ver con proveedores, he podido evidenciar la relación que se da con los primarios y los complementarios. Los primeros son aquellos que juegan un papel crítico dentro de la cadena de valor de la empresa, y sin su apoyo, no existiría un sistema fluido para producir los bienes o servicios. Por ejemplo, ¿Qué puede hacer una compañía que produce y comercializa autos, si su proveedor de llantas entra en crisis financiera? ; La cadena de farmacias ¿Qué podrá hacer si sus proveedores de logística y transporte comienzan a vivir problemas de liquidez?, el constructor ¿Qué podrá hacer si sus proveedores de materia prima tienen dificultad creciente para acceder a créditos?; y ante esto, es clave tener una visión panorámica donde no solamente debemos analizar nuestro giro de negocio, pero también el de nuestros proveedores primarios, quienes en ocasiones más allá de ser llamados proveedores, se convierten en aliados estratégicos dado que lo que les pase a ellos, impacta de manera directa a las empresas que contratan sus servicios.

En paralelo, están presentes también los proveedores complementarios quienes a pesar de no considerarse como parte del suministro de materia prima o servicios clave, es recomendable manejar de igual manera una relación ganar – ganar con ellos, y darles la importancia que merecen. En definitiva, la pregunta que nace es ¿Qué debemos hacer para fortalecer la relación con proveedores y que aprendizajes nos quedan sobre la relación que se ha tenido con ellos, luego de casi un año de pandemia? Otro stakeholder de quien siempre quedan aprendizajes y ahora mucho más dentro del mundo transformado en el que estamos, son los clientes y queda claro que debemos hoy por hoy analizar a detalle ¿Cómo están los niveles de captación y retención de clientes?, ¿Qué ha pasado con la deserción de los mismos y por qué motivos se han ido? Es vital tener contemplado si las medidas comerciales proactivas o reactivas que se han tomado, han dado o no los efectos deseados.


Los cambios en los canales de contacto, hábitos de compra, formas de pago, nuevas exigencias y expectativas en productos y servicios, fuentes de influencia para comprar o no comprar, miedos, entre otros, son parte de los temas que es necesario analizar y considerarlos como aprendizajes valiosos en la formulación y ajustes que demande la estrategia comercial para el 2021. Recordemos que los clientes con su retroalimentación sistemática nos aportan a aprender de nuestras virtudes y fallas también.


Además de los aprendizajes antes mencionados, es imperativo mencionar también las lecciones que quedan en el manejo financiero que se le ha dado a las empresas en este período, donde la generación y mantenimiento de la liquidez ha sido y seguirá siendo un desafío crítico para continuar en operación. La renegociación con acreedores, disponer de un fondo de emergencia, acceso a crédito, optimizar el gasto, negociar condiciones de pago con clientes, definir prioridades en el manejo del presupuesto, son algunas gestiones sujetas de análisis, que dejan tareas por ejecutar en este campo tan importante para el desarrollo de una empresa.


Un ingrediente más dentro de este proceso de lecciones empresariales, gira alrededor de la digitalización de las operaciones empresariales, y su papel protagónico en el desenvolvimiento diario. Ella nos ha ayudado a desacostumbrarnos de lo tradicional y a escapar de ideas dominantes, que en el pasado no eran sujetas de cambio o ajuste. Estamos viviendo activamente en la sociedad del conocimiento e información, con diferentes perfiles de ciudadanos digitales que viajan por un mundo dinámico y acelerado. Ante esto, nos podemos preguntar si

¿Puede garantizarse el futuro de una empresa que tiene descuidado el aporte y rol de las herramientas digitales? ¿Qué papel ha jugado esta tendencia durante este período en su empresa?

En este ir y venir de lecciones y aprendizajes, debemos ser conscientes también de que el entorno competitivo ha cambiado, y probablemente dentro de su sector empresarial, hayan emergido nuevos actores, o vengan a futuro nuevos jugadores con ganas de triunfar, con movimientos agiles y propuestas de valor atractivas para los clientes, las cuales deben llamar a la reflexión a quienes deberán enfrentar a estos competidores. Este desafío debe ser tomado con seriedad, sin menospreciar al rival y dispuestos a dar batalla en un contexto estratégico para marcar la diferencia, jugar limpio y leer muy bien el entorno.

Mientras vamos recorriendo el camino empresarial en estos tiempos de cambio, nuestra mente es invitada a trabajar activamente en la gestión del pensamiento, y así estar más preparados para manejar la ansiedad, el aislamiento y la perspectiva de la realidad que nos rodea. Si tenemos los mismos pensamientos todos los días, pasaremos haciendo lo mismo; y por ello, debemos evolucionar, generando nuevos pensamientos, que son los que le darán vida a los negocios de cara al futuro.


La palabra ¨Renunciar¨ no debe estar en nuestro vocabulario; es mejor enfocarse en la palabra ¨Todavía¨ porque en ella hay esperanza para seguir haciendo vida empresarial, que genere trabajo y bienestar para la sociedad. En ella están las ganas de querer seguir aprendiendo, haciendo historia en tiempos de adversidad, manteniendo el espíritu de la innovación como un proceso mental que nos acompaña día a día en ese vehículo que es nuestra vida.


Quiero dejar a los lectores con una reflexión de Séneca; filósofo, orador y escritor romano a partir de que ¨ningún viento es favorable para el que no sabe a dónde va¨ y en función de este pensamiento, que importante entonces se vuelve el aprendizaje, ya que es la base que nos permite convertir las ideas en acciones, tomar decisiones fundamentadas, reducir riesgos y darnos la orientación correcta para saber hacia donde tenemos que ir.


Debemos acariciar el aprendizaje, tratarlo como un tesoro y convencernos de que en una cultura organizacional dispuesta a aprender, siempre habrá crecimiento. La pregunta que me hago ahora es:


¿De qué manera estamos aprovechando el aprendizaje que cultivamos día a día para el fortalecimiento y desarrollo de nuestras organizaciones?


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