El liderazgo radica en tener la capacidad de generar influencia positiva en otras personas, quienes con su esfuerzo y talento luchan por alcanzar un propósito; pero ¿Qué pasa cuando el líder es de una edad menor a sus liderados? ¿Qué desafíos debe enfrentar para ser aceptado y valorado? ¿Cómo lograr crear sinergia y orientación a resultados, a pesar de no contar con toda la experiencia que podría demandar su cargo? Descubramos entonces, el mundo y entorno que enfrentan los líderes jóvenes en un mundo transformado y volátil.
La población mundial en la actualidad supera los 8.700 millones de personas, y entre la generación Millenial (nacidos entre 1981 a 1997) y la generación Z (nacidos entre 1998 y 2010) representan casi el 60% de todos los seres humanos en la tierra. Por lo tanto, estos dos grupos, son clave con su aporte en conocimientos, habilidades, visión fresca para el presente y futuro de la fuerza laboral.
En un contexto incierto y complejo como en el que habitamos y trabajamos, donde debemos responder también a una pandemia que nunca estuvo contemplada en las planeaciones estratégicas empresariales a finales de 2019, nace la necesidad de reflexionar a fondo y hacernos dos preguntas poderosas: ¿Qué esperamos de los líderes de las empresas en un entorno como en el que estamos viviendo? y ¿Vale la pena apostar a los líderes jóvenes en tiempos de cambio y transformación? Ambas preguntas son sujetas de un análisis profundo y por ello es importante dar pautas claras sobre el crucial rol del liderazgo en la actualidad, el cual con sus decisiones y pautas marcará el destino de las organizaciones.
Con respecto a la primera pregunta poderosa formulada, esperamos que un líder en la actualidad sepa que a pesar de su experiencia, puede y debe pedir ayuda a su equipo, porque vivimos condiciones cambiantes nunca antes vistas producto de la pandemia y el pedir ayuda no le hace menos líder; debe también reconocer que es necesario expandir su visión estratégica a la creatividad e incluso a la disrupción, para así palpar que existen más caminos además de los suyos, para dar soluciones a los desafíos diarios y la sostenibilidad de modelos de negocio, que en algunos casos se están viendo forzados a transformarse o morir. Y como complemento a lo dicho, es importante abrir la mente y el corazón para recibir la crítica constructiva y productiva de sus liderados, como un canal que le permita auto-cuestionarse sobre la efectividad y resultados obtenidos con su actual estilo de liderazgo.
Es decir, esperamos un líder de puertas abiertas, con vocación de servicio hacia su equipo, con esa sabiduría que le da su experiencia de mil batallas para así guiar a sus colaboradores; siempre dispuesto a escuchar, incluso cosas que no sean de su agrado, pero que sabe que agregan valor. Requerimos un promotor de la innovación en un entorno de buen trato a su gente, siendo ejemplo con una dosis de humildad, tan necesaria y anclada en la oración de la serenidad que le enseña a aceptar las cosas que no puede cambiar, valor para cambiar las que puede y sabiduría para reconocer la diferencia entre ambas.
En cuanto a la segunda pregunta poderosa que ha sido formulada, el apostarle a los líderes jóvenes, es como abrir una caja llena de sorpresas, porque en ella está lo nuevo y diferente; está eso que nos genera cierta incomodidad y hasta miedo, porque no tenemos una experiencia previa que sirva de pauta para tomar una decisión, y sin embargo nos atrae y nos gusta, porque es allí donde está la base de los procesos de transformación, donde puede estar ese futuro que no hemos logrado ver todavía, y que con un comentario aparentemente irreverente de ese joven líder, puede sacarnos de la zona de comodidad y llevarnos a una zona de evolución.
Es en esos millones de jóvenes líderes de empresas a nivel mundial donde también se forja la esperanza de la humanidad, por tener una fuerza laboral liderada en base a valores y principios sólidos, que son los que construyen las culturas organizacionales que se mantienen en el tiempo. Son jóvenes que creen en el valor compartido, donde las empresas no solamente buscan generar rédito para los accionistas, sino también desarrollar una visión de apoyo y sinergia con sus stakeholders. Es esa juventud que a pesar de tener la fortaleza y energía que le da su capacidad física, también se da cuenta que hay algo superior, que es una voluntad indomable que quiere darle la vuelta al mundo y para bien.
Y dentro del proceso de querer dar la vuelta al mundo, se hace imperativo para el líder joven, el desarrollar capacidades para interpretar a la adversidad como algo normal y recurrente, para lo cual es necesario el manejo de la frustración en 3 pasos: Llegada, aprendizaje y salida. Estamos claros que nadie está exento de frustrarse ante una eventualidad, pero la clave para el joven líder está en no permitir que la frustración se quede como huésped en su interior, sino más bien que sea una pasajera que llega, nos deja un aprendizaje valioso y sale expulsada para así no generar un caos mental en el joven líder que comienza a entender que, esto de administrar la frustración es parte del rol que su posición exige.
Otro aspecto importante a destacar tiene que ver con la ilusión que cargan en su interior los jóvenes líderes, y su manera de creer que lo imposible, puede llegar a ser posible y viable, y a partir de aquello, se convierten en fuente de inspiración y empuje, para seguir luchando y creyendo, a pesar de la dificultad y dentro de un futuro tan incierto. Claro que, no todo es empujar, dado que también es necesario tener herramientas para que desde su etapa temprana en la curva de aprendizaje laboral, vayan forjando su destino con sistemas como el M.E.R.I.C. con el cual el joven líder puede marcar mejor el horizonte a seguir, a través de 5 pasos.
Primero: ¿Qué se debe Mantener?
Esto le permite al líder joven apreciar aquellos aspectos que están generando valor en su equipo de trabajo y que se deben proteger. Por ejemplo, en un entorno donde la eficiencia en el uso de recursos está dando buenos resultados, se busca darle sostenibilidad a dicho aspecto y eso es algo que se debe mantener y promover en el equipo. De igual manera, el darles valor a los talentos ya desarrollados, lo cual es algo que lo invita a creer en las capacidades de quienes son sus liderados, y le obliga a sacar la mejor versión de cada uno de sus colaboradores.
Segundo: ¿Qué se debe Eliminar?
Al dar respuesta a este tipo de cuestionamiento, el joven líder tendrá más claras las decisiones que deben ser atendidas como prioritarias, porque lastiman de manera drástica tanto la operación, como los resultados en sus colaboradores. De hecho, también abarca eliminar comportamientos que van en contra del funcionamiento efectivo en su equipo, como, por ejemplo: la desorganización, la queja incesante, la victimización constante, entre otros. Para una efectiva tarea de eliminación de temas que no agregan valor, el modelo de comunicación COPAC será un gran aliado del joven líder porque le permitirá comunicarse de manera Clara, Oportuna, Precisa, con Argumentos y Cordial con su equipo, para invitarlos a eliminar lo que está dañando su funcionamiento e impactando en su productividad.
Tercero: ¿Qué se debe reducir?
Este tema tiene que ver con bajar la intensidad o minimizar el riesgo de algún aspecto, comportamiento que esté impactando de manera negativa al equipo. Por ejemplo: En tiempos de pandemia, es fundamental reducir el riesgo al contagio y para ello, el líder está llamado a ser un ejemplo en el manejo de las medidas de bioseguridad. También puede trabajar en tomar medidas, implementar sistemas para reducir la ansiedad e incertidumbre que viven los miembros de su equipo, producto del entorno cambiante en el que estamos, o mientras están en el sistema de teletrabajo. Otro tema crucial a reducir tiene que ver con los reprocesos que tienen un impacto nefasto en la eficiencia dentro de un equipo.
Cuarto: ¿Qué se debe incrementar?
A partir de esta pregunta, el líder puede orientar a su equipo hacia la mejora continua, bajo la premisa de que existen ciertas cosas que, a pesar de estar en niveles aceptables de productividad, pueden y deben incrementarse. Por ejemplo, en un equipo de ¨Customer Experience¨ si los niveles de satisfacción de los clientes están por sobre la competencia, el desafío está en incrementar aún más la brecha de satisfacción frente a otras empresas, y para ello es vital fomentar el espíritu del ¨Kaizen¨ japonés, que nos invita a que hoy sea mejor que ayer, y mañana sea mejor que hoy, bajo la perspectiva de vivir activamente la mejora continua diaria.
Quinto: ¿Qué se debe crear?
En función de este cuestionamiento, el líder puede dejar aflorar su espíritu creativo y el de su equipo para buscar nuevas maneras de hacer las cosas, métodos para ser más productivos, ideas novedosas debidamente sustentadas, para fomentar un entorno laboral más inspirador. Con lo dicho anteriormente, el M.E.R.I.C toma relevancia y se convierte en una herramienta que le permite al joven líder diagnosticar a su equipo, y tomar decisiones que se conviertan en acciones de beneficio colectivo. Adicionalmente, detrás de dicho beneficio, está el aporte de todos los que hacen parte del equipo de este líder, y donde ella o él, deben saber que más allá de la generación a la cual puedan pertenecer los miembros del equipo, su misión es sacar lo mejor de cada uno, desarrollar, potenciar e incluso recuperar talentos; y para ello debe consolidarse como un líder dispuesto a dejar huella.
Hace unos días atrás estuve conversando con dos jóvenes de 26 y 27 años respectivamente; Nicole Camacho y Pablo Herrera quienes tienen la responsabilidad de liderar equipos, cada uno en una empresa diferente, y realmente disfruté el diálogo con ellos porque me ayudó a aprender, desaprender y reaprender sobre el potencial que tienen los jóvenes para consolidarse como líderes de influencia positiva e inspiradora. Me impactó en estos dos jóvenes millenials su interés por priorizar en el bienestar y la salud mental de quienes son parte de sus equipos, ante los momentos de pandemia que vivimos; su visión del tiempo, a partir de vivir con gratitud por lo que el presente les regala, y proyectar el futuro con ilusión, pero también con la claridad de saber que en la actualidad el corto plazo es prioritario, el mediano plazo hay que tenerlo en el radar mental y el largo plazo será sujeto de un análisis posterior.
Escuchar a dos jóvenes líderes hablar de la importancia de tener equipos heterogéneos donde, no hay discrimen, sino que es la suma de talentos la que marca la diferencia, fue algo positivo. El temor a equivocarse que todo tenemos, ellos también lo tienen, sin embargo, dicho temor no los detiene para hacer que las cosas que tienen que pasar, pasen en sus respectivos equipos, eso si manteniendo un buen trato, y a su vez firmeza para poner la dinámica y el ritmo al cual deben caminar sus colaboradores. También me llamó la atención cuando mencionaron la necesidad de tener un propósito, y eso me hizo sentir como si estuviera hablando con dos experimentados en el recorrido de la vida, quienes saben y entienden que una vida con propósito, le da un significado muy especial a todo lo que hacemos.
Nicole y Pablo representan toda una generación que pisa fuerte y firme; que entiende que dentro de la misión del líder es necesario trabajar activamente en el desarrollo de talentos, que le da relevancia al papel de la cultura organizacional y su peso por sobre cualquier estrategia que se busque formular, ya que es la cultura la que marca los comportamientos esperados en los miembros de un equipo. Y en cuanto a la experiencia, pues esa irá llegando en el día a día para ellos, y hasta que se la llegue a consolidar, está esa pasión y ganas de hacer historia positiva, productiva y sana junto a sus equipos. La mezcla de sus conocimientos, habilidades y buena actitud les permitirá seguir creciendo, porque estas 3 palabras son las que al líder joven, le dan la autoridad para ser una fuente generadora de influencia positiva y motivación sobre otros.
Los jóvenes líderes tendrán que seguir recorriendo su camino y aprendiendo muchas cosas en su día a día. Deberán darle valor al feedback y al feedforward, para retroalimentar con coherencia y consistencia a sus equipos, medir su desempeño y también abrir su mente y corazón para recibirlo ellos también, cuando el caso amerite; tendrán que fortalecer sus destrezas de comunicación para dar claridad sobre lo que buscan y demandan en sus equipos; será fundamental rodearse de seres humanos de diferentes perfiles generacionales y aptitudes para ver la perspectiva empresarial desde diferentes aristas, antes de la toma de decisiones; y a pesar del ritmo acelerado que pueden imprimir dada su juventud, tendrán también que descubrir que aunque existan esfuerzos y sacrificios, las cosas no siempre salen como queremos y cuando queremos.
Charles Chaplin hace ya algunas décadas atrás dijo: ¨la vida es un juego que no permite la prueba, por lo tanto canta, llora, baila, ríe y vive intensamente, antes de que la cortina se cierre y la función termine sin aplausos¨ y en vista de que no deseo que la cortina se cierre todavía, quiero invitar a los lectores a seguir encontrando motivos por los cuales sigamos activamente presentes aportando a la sociedad, dentro de esta gran función que se llama la vida.
Entendiendo que en cada uno de nosotros puede haber un líder que esté listo para inspirar, innovar e impactar a otros, e impregnándonos de esa ilusión que tienen los jóvenes líderes como Nicole y Pablo para seguir creyendo y ver con ojos frescos y positivos el futuro.
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