El 16 de abril de 2016 tuvo lugar uno de los eventos catastróficos de mayor afectación en cifras para el Ecuador, el terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter de Manabí y Esmeraldas.
“El costo para la reconstrucción de las zonas afectadas por el terremoto asciende a $3.343 millones, según las estimaciones realizadas por la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades).
Esta estimación fue presentada por Eloy Basantes, director zonal de la Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR), durante el encuentro ‘Recuperación post-terremoto, gestión de riesgos y cooperación internacional: un año después’. Basantes se basó en los estudios realizados por Senplades para detallar las consecuencias del movimiento telúrico. La catástrofe natural dejó 671 fallecidos y 4.859 heridos.
Según Fedeseg (Federación Ecuatoriana de Empresas de Seguros) El Sector Asegurador atendió 43 mil reclamaciones indemnizando oportunamente $600 millones a los beneficiarios de las pólizas contratadas.
Solamente con estas cifras mencionadas, que son de dominio público, nos podemos dar cuenta que en el Ecuador existe una cultura de seguros muy baja. Del valor estimado por Senplades, estaba asegurado solamente el 18%. Coincide que apenas 2 de cada 10 personas piensan que deberían contar con una protección en caso de algún imprevisto.
Déjame contarte que, a través de los años, he podido ver muchos casos de familias y empresas que han perdido su patrimonio por no contar con un seguro.
Desde marzo 2019 el Ecuador comenzó a sufrir los estragos de una pandemia que azotó el mundo sin precedentes, muchas personas se enfermaron y lamentablemente esta enfermedad también cobró vidas. Los costos médicos altos por uso de equipos especiales y unidades de cuidados intensivos se incrementaron de manera alarmante.
Las personas y las empresas estamos expuestos permanentemente a riegos que no podemos controlar, podemos enfrentar estos riesgos de varias maneras:
Evitarlos (en caso de que pueda controlarlos)
Asumirlos (asumiendo los costos que ocasionen)
Trasladarlos (mediante una cobertura de seguro)
El plan estratégico que habían realizado las empresas que, tradicionalmente se lo proyectaba a largo plazo, se convirtió en planes que en muchos casos no llegaban a proyectarse ni siquiera a un año.
Como hemos podido ver, la mejor manera de enfrentar los riesgos es trasladarlos a entidades que están dispuestas a asumirlos mediante el pago de un valor económico que va de acuerdo con el tipo de riesgo que quiero trasladar.
¿Qué pasaría entonces con estas alarmantes cifras si solamente 20 de cada 100 ecuatorianos están protegidos contra imprevistos?
Estamos corriendo un grave riesgo, no debemos dejar al azar nuestra vida, nuestra salud o nuestro patrimonio pensando que a nosotros nunca nos va a pasar nada, ni vamos a sufrir de eventos en los que podamos perder o ver disminuido nuestro patrimonio.
Tenemos que ser sinceros, muchas personas han tenido malas experiencias cuando han contratado seguros, esto puede suceder, no hay que negarlo, la expectativa que tengo cuando algo me sucede probablemente no es superada cuando recibo un pago por un reclamo. Sin embargo, esto se debe a que, como usuarios de un seguro, al momento de contratar, creemos saber y entender qué es lo que necesitamos.
Pongámoslo en perspectiva, si quiero construir una casa, debo contratar a un ingeniero o a un arquitecto para que me ayude con el proceso de construcción, si tengo un problema legal, debo contratar a un abogado para que asesore. Pues igual funciona cuando quiero contratar un seguro, debo pedir a un experto que me asesore (Broker de Seguros) y me diga que es lo mejor para lo que necesito, de esa manera estaré seguro y tendré claridad que lo que he adquirido es adecuado y que las reglas estarán claras cuando tenga que realizar un reclamo por la póliza que he contratado.
Recordemos que un contrato de seguro es un intangible, es una promesa por parte de un tercero (compañía de seguros), el momento que suceda un reclamo esa promesa se cumplirá y el intangible que adquirí se volverá tangible, lamentablemente, será un momento de crisis, tú asesor debe estar para apoyarte.
Me he topado muchas veces cuando visito a clientes o posibles clientes con muchas frases como, por ejemplo: “he pagado siempre puntualmente mi seguro y nunca me pasa nada”, “¿si no hago un reclamo en todo el año me devuelven lo que he pagado?”, “es muy costoso”, “no tenemos presupuesto”, etc. Cada objeción tiene su respuesta, sin embargo, siempre será la mejor la que vi en algún momento en un muro de un bróker de seguros
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