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Liderando en tiempos de incertidumbre


Muchos líderes creen que deben demostrar que saben con certeza lo que deben hacer. Pero el mundo es cada vez más cambiante e impredecible. Si bien un líder debe demostrar conocimiento y experiencia, un buen líder debe también tener la habilidad de identificar incertidumbres que pueden causar vulnerabilidad a su negocio. Exigir certezas al equipo de trabajo en un mundo cambiante sería absurdo.

Pero ¿Qué podemos hacer para dar la mejor directriz a nuestro negocio y a nuestro equipo de trabajo en un mundo tan cambiante? A continuación, te damos algunas ideas para afrontar este difícil reto dentro de tu organización:


1) Humildad:

El primer paso es aceptar con humildad que no lo sabemos todo y no controlamos todo. De hecho, las variables externas de los mercados son cada vez más impactantes y menos predecibles. En países latinoamericanos como el nuestro, las variables políticas y sociales juegan también un papel muy importante imposible de controlar y muy difícil de predecir.


2) Basarnos en el conocimiento, investigación y experiencia:

En un mundo incierto, la mejor arma que tenemos va a ser el constante aprendizaje y la investigación de mercado: ¿qué está sucediendo en el mercado? ¿Qué está sucediendo en nuestra industria? ¿Qué está sucediendo internacionalmente que pueda afectarnos? En nuestro país, ¿qué está pasando que pueda alterar el orden del juego? ¿Qué está pasando con nuestros competidores? ¿Cómo están cambiando nuestros clientes? Cada día es un nuevo aprendizaje, con varios actores haciendo movidas en el tablero y cambiando, literalmente, el juego. Si permanecemos inmóviles, con los ojos casa adentro, seremos incapaces de percibir los movimientos sutiles (o drásticos) que están aconteciendo o preparándose. Un buen líder debe tener la sensibilidad de percibir estos movimientos y adelantarse a la jugada.


3) El equipo:

De la misma manera en que el líder está atento a los movimientos del mercado, el equipo de trabajo debe desarrollar esta misma sensibilidad. Todos los ojos del equipo deben estar atentos a las variaciones que puedan causar oportunidades y/ o amenazas. Es responsabilidad de todos el desarrollar antenas que ayuden a percibir las variaciones del mercado que puedan alterar las previsiones hechas.


4) Escucha activa y respeto:

Dentro de la cultura de la empresa, se debe institucionalizar la escucha respetuosa de opiniones. Si pedimos a nuestro equipo estar atento a variaciones de mercado, debemos tener también la capacidad y apertura de escucharlos. Esto fomentará la discusión abierta y la posterior evaluación objetiva de opciones. Además, reforzará el sentido de pertenencia y de aporte de cada miembro del equipo de trabajo.



Ingeniera Mecánica, ESPE. MBA TEC de Monterrey, mención en Finanzas, Maestría en Estrategia y Liderazgo en London Business School, UK.- Programa de Dirección Gerencial, IDE Harvard Business Review - General Motors Emerging Leader Program Lucía Vallejo P. La incertidumbre es una posición incómoda, pero la certeza es absurda – Voltaire –


5) Generar escenarios:

En tiempos de incertidumbre es necio pensar que existe un solo escenario. Al contrario, es más prudente elaborar varios posibles escenarios, discutirlos con el equipo y asignar probabilidades de ocurrencia en base a la información y experiencia. En este ejercicio, debemos tener cuidado de sesgar la discusión por un sobre optimismo o un sobre pesimismo del equipo o del liderazgo. Para evitar esto, es recomendable además de escuchar al equipo, identificar posibles actores externos a la organización que puedan ayudarnos a calibrar y corregir este sesgo interno que podemos tener. Recordemos siempre que varias cabezas piensan mejor que una.


6) Calcular el valor esperado de los diferentes escenarios:

Suena difícil, pero en realidad no lo es. Nos referimos a multiplicar el valor esperado de cada escenario, por su probabilidad de ocurrencia. Esto nos permitirá estimar, en dólares, el escenario y nos facilitará la toma de decisiones.


7) Evaluar los posibles costos de perder, vs los posibles costos de ganar:

Cada escenario, con su probabilidad de ocurrencia, tiene por tanto una probabilidad de no ocurrencia.

¿Qué vamos a hacer en caso de que ese escenario no ocurra? ¿Cuáles son los costros asociados si el escenario no ocurre? ¿Qué vamos a hacer si nos quedamos cortos en la proyección estimada?

La discusión y análisis de escenarios no solamente debe basarse en su probabilidad de ocurrencia sino también en el análisis de impacto y plan B que tenemos en caso de que algo salga mal. Este ejercicio, evidentemente nos ayudará a seleccionar el escenario más completo: el que nos da el mayor beneficio en caso que las cosas salgan bien, y el que nos permite reaccionar o minimizar costos en caso que algo salga mal.


8) Decidir:

Al final, todo se resume a esto. Un líder verdadero sabe que la peor decisión es la que no se toma. Y esto es más cierto que nunca en tiempos de incertidumbre. El equipo regresará a ver a su líder y confiará en su capacidad de decisión. Esto no significa que el líder debe saberlo todo, pero si significa que, una vez analizados los escenarios, probabilidades y riesgos, deberemos decidir por un camino o por otro.


9) Comunicación:

Comunicar claramente la decisión al equipo. Y hacerlo con tranquilidad explicando que, si bien no sabemos todo, hemos analizado la situación, mercado y posibles escenarios, y estamos administrando la incertidumbre con las mejores herramientas posibles.

Da mayor credibilidad el comunicar que estamos administrando la incertidumbre de la mejor manera posible que prometer números con poco sustento. El equipo de trabajo valora la honestidad y la transparencia y estará más tranquilo y alineado recibiendo una directriz clara.


10) Capacidad de respuesta:

Lo único cierto es que aunque realicemos el mejor ejercicio de planeación, la realidad podrá diferir significativamente del escenario definido. Cuando esto suceda, el equipo deberá estar listo para reaccionar con agilidad y así corregir el rumbo. No es lo mismo incertidumbre que riesgo: Existe incertidumbre el momento que no tenemos información o datos o estos se encuentran incompletos. Por tanto, por definición, la incertidumbre no es medible, y decidimos solamente basados en la intuición, posibilidades y experiencia.


El riesgo, en cambio, es cuando podemos establecer escenarios y probabilidades, y podemos aplicar herramientas de evaluación y cálculo. En un mundo cambiante, debemos tener la habilidad para convertir situaciones de incertidumbre, en proyecciones de riesgo que podamos estimar para poder tomar las mejores decisiones. Con la información disponible, deberemos construir escenarios y asignar probabilidades.

 

Con la información no disponible, tendremos que utilizar nuestra intuición, experiencia y mejor criterio. La suma de estas habilidades y competencias ayudará a esclarecer las alternativas y dar a la organización la mejor visión del camino a seguir.



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