Seguramente en tu cabeza ha sonado la palabra «dieta». Las nuevas tendencias, los excesos, el pantalón que te aprieta y las redes sociales que no ayudan… hacen que nos den ganas de bajar la barriga o esos rollitos que nos sobran sobre la cintura… Y ahí, empezamos a googlear la receta mágica, preguntamos a los amigos su método infalible para bajar de peso y subir músculo sin esfuerzo y buscamos las pócimas mágicas que nos ayuden a adelgazar, sin pasar hambre por supuesto.
Si has estado en dieta seguro te dieron una lista grande de alimentos que puedes y otros prohibidos, malos, “engordantes” y que no debes ni ver… contar calorías, depende de la tendencia que sigas no a los carbohidratos, no azúcar, no esto y no el otro… clasificando en nuestra mente a los alimentos como buenos y malos, prohibidos y permitidos.
Y basta que te digan que no puedes chocolate para que tus antojos sean de chocolate.
Estas “guías” nos hacen estar más seguros de lo que comeremos, pero la realidad es que es que tachar a los alimentos nos lleva de cabeza a un laberinto sin fin: donde dejamos de escuchar nuestro cuerpo y dejamos de elegir intuitivamente lo que nos conviene o no comer. La culpabilidad en la comida se ha convertido en el sentimiento del buen provecho, alimento bueno, alimento malo. Lo que para unos es medicina para otros es veneno dice la medicina ayurveda, en la alimentación tanto física como mental.
Te has preguntado seriamente alguna vez ¿Qué es lo que quieres y te conviene comer? ¿De qué tienes hambre verdaderamente? No dejándote llevar por antojos de aburrimiento o por lo que hay en tu despensa. Te preguntas a la “hora de comer ”¿si tienes hambre o no? ¿si algún alimento es realmente bueno para TI? ¿Cómo te has sentido después de comer uno u otro alimento?
Comer saludable y no, tiene muchos matices dentro del abanico de la salud. Estamos rodeados de muchísima información y por todo lado tenemos la imagen de estar flacos y saludables…super fit, comer se ha vuelto a ratos cosa de miedo, miles de tendencias que te dicen que tal cosa engorda o es mala para la salud, pero te has preguntado ¿Qué quieres comer tú? y sobre todo ¿para qué lo quieres?
Los alimentos no son buenos ni malos, son solo alimentos, tú debes saber que te conviene o no, que te hace bien y no, qué te da bienestar verdadero. Cuándo si y cuándo no debes comer algo. Quizás una gran ensalada a la media noche por más saludable y orgánica que sea no te siente tan bien para la digestión y el sueño, o talvez ese postrecito en la media tarde acompañado de buena compañía y charla amena te siente de película… escucha tu cuerpo con actitud de cuidado y no de juicio. ¿Y cómo lo hacemos?
Prueba- error, y sobre todo estar consciente y presente al momento de comer. Para facilitarte puedes llevar un diario de comidas, anotar todo lo que has comido y cómo te has sentido tanto en lo físico como en lo mental, la cantidad y las horas, ya que como sabes la comida influye a todo nivel en nuestro cuerpo y nuestro estado anímico. Mediante una profunda observación de tus sensaciones, estado físico y tu digestión podrás encontrar la compasión y comprensión que tu cuerpo necesita para nutrirse verdaderamente, punto básico para avanzar a tú objetivo de salud.
Comments